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PorASESCON

Las ocho trampas más burdas de los autónomos (y algunas empresas) que desatan la risa de hacienda.

Éste artículo donde , en mayor o menor medida, recuerda las advertencias que les solemos dar en este despacho respecto a la “dudosa” deducibilidad de muchos de los gastos que ustedes nos aportan…


Una cosa es deducir la luz, el coche o el teléfono, y otra cosa es intentar deducirse una  extraña comida en las islas Seychelles en verano y para 15 comensales. Estas son las trampas más burdas que los emprendedores quieren meter a hacienda, y que desatan la risa de los inspectores cuando realizan una visita al contribuyente.

Comidas. Se pueden desgravar las comidas por motivo de trabajo como visitas a clientes, comidas en viajes o invitaciones protocolarias. Pero ¿En serio piensas que va a colar esa cena para 12 personas durante las navidades en Saint Moritz, estación Suiza de esquí? Los inspectores de hacienda te preguntarán qué tiene que ver la albañilería con el esquí de alta montaña.

La ubicuidad. Has reunido un montón de facturas que no son tuyas sino que las han aportado tus amigos ‘para ayudarte’ y para que pagues menos a hacienda. Pero el inspector te pregunta si tienes algún poder extrasensorial como la ubicuidad. ¿Cómo es posible que hayas comido en dos sitios a la vez, el mismo día y a la misma hora? Pillado.

Mucho ticket, poca factura. Te has portado bien y cuando viene el inspector le enseñas tickets de restaurantes, aparcamientos, compras de material de oficina. Muy bonito, dice el inspector, pero como usted paga el iva no me valen los tickets: “necesito facturas a su nombre donde salga su cif o NIF”. Entonces descubres muy tarde que has hecho mal tu trabajo. ¡A pagar!

El exceso de facturas. Imagina que viene el inspector y tú tienes preparada un taco de facturas (de ignoto origen). Todas están perfectamente detalladas: qué, quién, cómo… están a tu nombre, con cif y todo. Nada puede fallar pero el inspector empieza a sacar cuentas y resulta que tus ingresos mensuales son de 3.000 euros, y tus gastos corrientes son de 2.999 euros: “dígame el truco para hacer la cesta de la compra con un euro al mes y sobrevivir”, te dice. Eso significa que te has pasado ‘recolectando’ facturas.

Facturas en pdf. Has logrado reunir un montón de facturas enviadas por correo electrónico en formato pdf. (No vamos a preguntar cómo las has obtenido). Todo encaja. Pero se te ha olvidado un detalle: hacienda no acepta pdf por facturas. Tienen que ser documentos electrónicos, es decir, deben estar autenticados con una firma electrónica basada en un certificado digital reconocido y, además, que puedan ser transmitidos de un ordenador a otro con el consentimiento de ambas partes.

Coche de empresa. Si eres autónomo y no te dedicas al transporte, vas a sudar tinta para demostrar que usas el coche es para tu trabajo y que mereces deducirte el 100% de los gastos en gasolina, reparaciones, aceite… el inspector te preguntará si tienes otro coche de uso personal y familiar, y si le dices no, entonces, ¡Bingo! La ley dice que si le das ese uso doble (familiar y laboral) no puedes deducirte el 100%. Da las gracias si te deja deducirte el 50%.

La pegatina en el coche. Para deducirte los gastos, has puesto el coche a nombre de la empresa, y además, le has adosado una hermosa pegatina en el cristal que dice: ‘obras Manolo, srl’. El inspector te preguntará dónde están los correos electrónicos que demuestren que viajaste a tal y tal sitio para cerrar este o aquel negocio con un cliente o proveedor. Te pedirá facturas de comidas o de aparcamientos (y hasta multas) que demuestren que fuiste a esos sitios. ¿Las tienes? Oh, no…

Fin de semana agotador. Es la trampa que más risas produce en los inspectores: presentar un montón de comidas en los fines de semana.  Y cenas. Y hoteles. Y karaokes. Sobre todo si el trabajo que desempeña el aludido es: dentista.


Sin otro particular

Reciban un cordial saludo

ASESCON GESTION INTERGRAL, S.L.